El bar raro donde puedes beber “morfina”, sentarte en una silla de ruedas y bailar entre pastillas. No drugs needed.
Los hospitales son lugares donde a la gente no le hace mucha ilusión pasar tiempo. Malos recuerdos, miedos, el temor a la fugacidad de la vida… Hay una ristra infinita de razones. Entonces, ¿quién querría montar un bar tan raro que se parece a un hospital?

EN CASTELLANO POR FAVOR
The Clinic era un restaurante/ bar/ club de Singapur con una decoración de lo más controvertida. Nótese que hablamos en pasado, porque este bar raro está cerrado ya, pero es que es tan alucinante que teníamos que hablar de él.
Y bueno, es que seguramente pocos restaurantes habrás visto más originales que este. No, ni el bar clandestino nómada, ni el restaurante nudista, ni el restaurante de las mil experiencias.
The Clinic era un lugar donde si te querías sentar tenía que ser en una silla de ruedas y si querías comer tenía que ser en una mesa de quirófano. Todo iluminado con la “cálida” luz de una sala de operaciones. Muy chill…


Por lo menos la comida era mucho mejor que la que sirven en los hospitales, aunque esto tampoco es muy difícil, porque hasta un estudiante universitario es capaz de superarla. Los platos iban decorados con jeringas, tubos de ensayo o probetas. Y las bebidas venían colgadas de una de estas perchas de suero. Podrías elegir entre “morfina”, “transfusión de sangre” o “sobredosis”. Es tan creepy… ¡póngame una de cada!
Todo estaba mega tematizado. Los camareros iban de uniforme hospitalario, la entrada del club era una recepción de urgencias y la decoración era lo más. Era el típico lugar que o lo odias o te FLIPA.


¿A QUIÉN COJONES SE LE OCURRE ESTO?
Pues a Damien Hirst, un polémico artista británico. A este muchacho siempre le costó aceptar la muerte, por eso parece ser que hacía una especie de terapia de choque. A los 16 años iba frecuentemente a la Facultad de Medicina de Leeds a dibujar. Se empapó mucho del tema de la muerte, llegando a convertirse en una obsesión. El fin nos llega a todos, pero Damien se percató de que cuando nos damos cuenta de esto hay algunos que se asustan mogollón y hay otros a los que les da fuerza. Vamos, aquí tenemos a los estoicos con su “memento mori”.
“El arte es sobre la vida y no puede ser sobre nada más… No hay nada más.” Damien Hirst.

El tema de la muerte es algo que ha servido de inspiración a muchos artistas. Pero por contrario a lo que pueda parecer, Damien Hirst se basa en la vida para sus creaciones. El bar raro de Singapur que montó es irónicamente una muestra de ello. O bueno, también la instalación que montó en el exterior de otro hospital, esta vez de verdad, en Qatar: catorce esculturas gigantes con la evolución de un feto. Para que te hagas una idea de lo gigante que es, el bebé recién nacido medía 14 metros de altura. Una particular oda a la fecundidad y a la vida.

¿QUÉ NECESITO SABER?
- No mucho más, porque el lugar está cerrado.
- A nosotras nos gustaría saber una cosa, ¿irías?
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