EL PALACIO DE CHEVAL ES UN ESPECTACULAR PALACIO DE FRANCIA DE ESOS QUE NO TE ESPERAS ENCONTRAR Y QUE TE DEJAN FLIPANDO.
Todos sabemos que Francia es conocida, además de por sus cruasanes, por sus palacios. Hay una ruta preciosa en la que vas visitándolos y quedándote cada vez más fascinado por ellos. Pero hay uno de ellos que no aparece en ninguna guía: el Palacio Cheval.

EN CASTELLANO POR FAVOR
El Palacio de Cheval está en Hauterives, a una hora en coche al sur de Lyon. Y es una construcción cuanto menos fascinante. Básicamente porque no es un palacio, sino mil pequeños palacios dentro de uno. Mide de 8 a 10 metros de alto, depende de la zona. Está decorado con figuras de animales, personajes mitológicos y plantas. Dentro hay lo que parece un templo hindú, una cabaña Suiza, los templos de Angkor de Camboya, templos mayas, una mezquita, un castillo medieval y hasta una tumba egipcia. ¡Vaya mezcla de estilos! Es fascinante recorrer sus galerías y observar cada detalle, la emoción de descubrir cosas nuevas sube rápidamente.

Hay quien dice que le recuerda a Gaudí. Pero es que, en aquel momento en el que se estaba construyendo el Palacio de Cheval, Gaudí estaba construyendo la Sagrada Familia. Eso sin contar con que el dueño de esta obra no tenía ningún tipo de estudio.
Por cierto, si te parece alucinante el palacio, la historia de este hombre es incluso más flipante. ¡Atento!
EL CARTERO CHEVAL
Ferdinand Cheval es el artífice de este peculiar palacio de Francia. Y se le llamaba el cartero Cheval porque esa era su profesión, repartir la correspondencia de la zona. En toda su carrera como cartero llegó a recorrerse andando 220.000 km, esto es como si te dieses cinco vueltas a la Tierra. La Fitbit se le habría reventado con tantos pasos.
En un sueño se vio construyendo un palacio ideal. Le moló la idea, pero cuando la comentó en público todo el mundo se burló de él. Así que acalló su sueño y continuó repartiendo cartas. Pero es lo típico que te reconcome por dentro y, años después, tropezó con una piedra chulísima en uno de sus repartos y se la llevó a casa. Al día siguiente fue a por más piedras, y al siguiente a por más. Y ya no le cabían en los bolsillos, así que tuvo que utilizar una carretilla y ya no había Dios que lo parase…

Durante años Cheval estuvo recogiendo piedras y construyendo su palacio ideal justo después de trabajar.
«Cuando terminé el trabajo en la oficina de correos, podría haber usado mi tiempo libre cazando, pescando, jugando al billar, a las cartas… distracciones no faltan. Pero preferí la realización de mi sueño a todo.»
Ferdinand Cheval.
Excusas podemos tener todos, pero si realmente tienes un sueño vas a por él a muerte.
33 años después de empezar a construirlo, en 1912 Cheval consiguió finalizar su obra de vida. Él quería ser sepultado dentro, pero las leyes francesas que entonces no lo permitían. Por lo que se tiró otros 8 años construyendo su mausoleo. Y lo estrenó un año después de terminarlo. Just in time…

LA INCOMPRENSIÓN DEL ARTE BRUTO
Esta es la fascinante historia de un cartero sin estudios y que tampoco estaba muy viajado – ¿sabías que todas sus referencias venían de las postales que entregaba? – , un hombre común que construyó su sueño y lo hizo a lo bestia. Todo el mundo le tachó de loco y se burló de él. ¿Quién les iba a decir a aquellos incrédulos que aquel loco ha servido como fuente de inspiración para muchísimos artistas? Entre ellos a Pablo Picasso, que fue a verlo in situ.

Si has leído alguna otra entrada de FLIPO sabrás que nos fascina este arte incomprendido, conocido también como arte bruto. También llamaron loco a Julio Basanta y su Casa de Dios, a Josep Pujuila y su Parc d’en Garrell, o a José Garcia Pillimpo y su museo Mara Mao.
Dejemos de meternos con aquellos que cumplen sus sueños y aprendamos un poquito de ellos, hombre.
¿QUÉ NECESITO SABER?
- Hay una peli que cuenta la historia de este palacio de Francia: El Palacio Ideal, de Nils Tavernier.
0 comentarios