HAY MUSEOS DE GALICIA MUY GUAYS, PERO NINGUNO COMO EL MUSEO DE MAN. ¿QUIERES SABER POR QUÉ?
Avisamos que, aunque este es uno de los museos de Galicia más curiosos, lo más fascinante es el hombre que hay detrás. Check it out!

EN CASTELLANO POR FAVOR
El Museo de Man está en un pueblecito de La Coruña, en Camelle para ser exactos. Es una especie de colección de piedras, huesos de animales, chismes de pesca y otra serie de objetos que llevados por el mar acababan en manos de Man, el creador de este original museo de Galicia. Todo se ha combinado y transformado de manera perfecta. Con aquellos objetos que le traía el mar, él creaba esculturas y otras piezas artísticas que disponía en círculos.

En la entrada antes se podía leer “Ver 1 euro”, que era lo que costaba entrar y disfrutar del museo. La entrada incluía unos lápices de colores y una libreta prestada, donde los visitantes podían hacer un dibujo de lo que veían, firmándolo con su nombre y fecha de nacimiento. Man quería que su museo fuese de libre de interpretación.

Desde que muriese en 2002, el museo quedó completamente abandonado. El vandalismo hizo de las suyas y bueno, el clima gallego tampoco es que favorezca al mantenimiento de aquello que esté a la intemperie, por lo que te puedes imaginar el estado de las obras de Man… Por suerte, tras varios años de reformas y acondicionamiento, consiguieron abrir un renovado museo al público.
El museo de Man ahora es un centro de interpretación de las obras artísticas del artista, fotografías, libretas y otros documentos. Aunque gran parte de su arte aún sigue almacenado y pendiente de estudio.

WHO THE FUCK IS THAT GUY?
Manfred Gnädinger fue el creador de uno de los museos de Galicia más curiosos, el Museo de Man. Era un artista súper polivalente: escultura, pintura, escritura, fotografía… Todo le servía a esta mente inquieta para calmar su necesidad de expresarse. Su estilo de vida era lo más ecológico posible. Admiraba la naturaleza y quería preservarla de la mejor manera.

¿Pero de dónde viene este señor? Man nació en una familia católica, muy numerosa y acomodada del sur de Alemania. Con 14 años estudia pastelería y consigue trabajo en los mejores locales de Suiza. Pero a los 16 su madre se muere y a Man le afecta tremendamente. Ahí empieza a coquetear con el arte. Con 25 decide volver a su pueblo, pero no dura mucho allí. Uno de sus mayores apoyos, una señora mayor gallega, le contaba batallas sobre la Costa da Morte, las piedras, el mar… Y Man, fascinado por estas historias, comienza un viaje por Francia y el norte de España.

Llegó a Camelle y, tras conocer a la única familia que hablaba alemán, le alquilaron una pequeña casa de piedra donde empieza a evolucionar su mundo interior. Claro, eso para cada uno es una cosa. Para Man implicó pintar las paredes de negro y empezar a coleccionar elementos de lo más variopintos. Los caseros no lo entienden y le dicen que en su casa no permiten esas cosas.

Y ahí es cuando Man desaparece y vuelve a los dos días completamente desnudo a excepción de un discreto taparrabos. ¿Qué habría experimentado esos días? Solo Zeus lo sabe… El caso es que compró un terreno al final del muelle y empezó a construirse su propia casa de la manera más ecológica posible, sin electricidad ni agua. Y claro, sin caseros a los que dar explicaciones aquí empieza a desatar su creatividad, alojándola en el mismo jardín de su casa. Y así empezó uno de los museos de Galicia más originales.
Ahora podemos ver su jardín, su museo y el espigón donde dejó, en señal de protesta, el molde de su cuerpo en el hormigón. Eso sí que es dejar huella.

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