¿SABÍAS QUE TENEMOS UNA REFERENCIA MUNDIAL ARTE BRUTO EN ZARAGOZA? NO HAY QUE IRSE MUY LEJOS PARA FLIPAR.
Actualización noviembre 2021.
Si quieres ver arte sabes que puedes encontrarlo en los museos, en pequeñas exposiciones, en palacios, en los jardines de estos palacios, incluso en algunos hoteles… Pero seguro que no sabías que también lo puedes encontrar en lo alto de un monte. A ver, no vale cualquier monte, hay que saber buscar bien. Atento al dato que este te pilla relativamente cerca si vives en España.
Y es que en lo alto de una colina en Épila (Zaragoza) encontramos un lugar de lo más peculiar. Incluso se ve desde la carretera comarcal, hecho de manera intencional para que todo el mundo pueda verlo sin impedimentos. Así que cuidado no vaya a ser que te distraigas al volante. Es difícil que no se te desvíe la mirada hacia las coloridas esculturas decoradas con calaveras, tridentes demoniacos, esvásticas nazis y cruces, entre otros muchos accesorios rándom. Algunas estatuas tienen caras de maniquíes, otras son monstruos cuya estética está inspirada en el manga japonés, hay algún faraón egipcio, en fin, you choose.

EN CASTELLANO POR FAVOR
Esto es La Casa de Dios, un enorme expositor de las obsesiones de su creador, el mañico Julio Basanta. Pensarás que con esa imaginación sus influencias serán abismales. Pero curiosamente carecía de conocimientos artísticos, es más, no tenía ningún tipo de formación. Fue albañil y dedicó las últimas décadas de su vida a plasmar sus inquietudes vitales en el exterior de una casita. Sin ningún tipo de planificación, orden, ni armonía construyó uno de los lugares menos convencionales de Aragón. Y es que hay veces que es mejor actuar sin tener todos los detalles ordenados.

El caso es que un día cualquiera comenzó a decorar la fachada de una casa que se había comprado en un pueblo de Zaragoza. Empezó a construir excéntricas esculturas hechas de cemento, hierro y materiales reciclados, las coloreaba llamativamente y las ponía en el jardín. Pero éste acabó tan saturado que tuvo que subirse al tejado para continuar con su obra.
El escenario estuvo siempre en continua transformación. Julio iba añadiendo nuevas figuras y decorados, al mismo tiempo que reformaba las antiguas cambiando sus colores y agregando objetos que se iba encontrando. Vamos, una materialización del concepto “Panta Rei” de Heráclito, que viene diciendo que todo está en cambio continuamente. El lugar evolucionaba a medida que Julio lo hacía. Conforme iba exorcizando los demonios que tenía dentro de sí mismo, el lugar se iba volviendo cada vez más intenso, feroz, polémico y sobrecogedor.
Y es que al pobre hombre no le faltaron desgracias. Su padre le abandonó cuando era pequeño y perdió tanto a su hermano como a su hijo en misteriosas circunstancias, donde la policía parece ser que estuvo involucrada de alguna manera. De ahí que en su obra se repita mucho un cartel en el que se lee “No matarás”.


Es difícil clasificar este lugar. Hay gente que dice que, a pesar de su nombre, es más la casa del infierno que la de Dios. Otros clasifican este excéntrico lugar como una representación del bien y del mal (el clásico contraste cielo e infierno, ángeles y demonios). Pero realmente lo que Julio en su casita de Zaragoza hizo es llamado arte bruto.
ART BRUT AKA ARTE MARGINAL
Dentro de esta corriente están las obras creadas por personas sin formación cultural o artística. Éstas, al no conocer las etapas del proceso creativo, las reinventan. Las reglas están hechas para romperlas. Y puestos a romper cosas, te va a estallar un poquito la cabeza porque, aunque no te lo creas, lo hacen sin ningún fin lucrativo, más que satisfacer una necesidad interior de expresión. Y esto es importante porque sino no sería Art Brut. Extraño en este mundo, pero cierto.
Como no tienen referencias en cuanto a recursos, tendencias, materiales y técnicas, no hay nada que les ate, no hay patrones que seguir. Es puro, original, impulsivo, íntimo y espontáneo. Estéticamente te encuentras de todo, pero suelen tener unos toques similares al expresionismo: mucho color, formas antinaturales, sentimiento a tope y caos.

VIDA MÁS ALLÁ DE LA MUERTE
Son muchos los artistas que han visto subir su fama desde la sepultura. Mira a Van Gogh o a Franz Kafka. ¿Quién nos dice que no pasará lo mismo con Julio Basanta?
El caso es que desde su muerte en 2018, nadie se quería hacer cargo de La Casa de Dios. No contaba con el reconocimiento ni del Ayuntamiento ni de los vecinos, que le llaman “el loco de Épila” o “el enajenado del monte”. Ya sabes, todo lo que no es socialmente “normal” se critica por aquellos que son incapaces de ver más allá.
Sin embargo Julio estaba muy orgulloso de su creación. Y con razón. Curiosos y prensa de todas partes del mundo acudían a ver su singular obra. Además consta con el reconocimiento de expertos a nivel mundial. Vamos, que deja boquiabierto a cualquiera que lo vea.
Tanto es así que en noviembre de este año Jorge Labé compró La Casa de Dios. Su idea es hacer la casa habitable, mudarse y hacer residencias artísticas. Aunque antes de comprarlo la inmobiliaria intentó disuadirle.
“Esa casa era el sueño de un loco, por lo que solo un loco puede vivir en ella. Y ese loco soy yo.”
Jorge Labé
¿QUÉ NECESITO SABER?
- No hace falta entrar en la casa para ver el arte bruto, pero ayuda ir con alguien que conozca el lugar o preguntar a alguien de este pueblo de Zaragoza cómo llegar
- Dirección: Calle Cabezo Blanco Rodanas, 34, Épila, Zaragoza
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