HAY UN PARQUE DE NAVARRA QUE O TE ENCANTA O TE HORRORIZA, PERO NO TE DEJA INDIFERENTE.
Los jardines son como las croquetas. Los hay de todo tipo: llenos de fuentes como los de la Granja de San Ildefonso en Segovia (España), llenos de flores como los de Keukenhof en Lisse (Holanda) o incluso llenos de Gnomos como el Gnome Reserve en Devon (Inglaterra). Bueno pues en un parque de Navarra han hecho lo que les salía del toto y lo han llenado todo de calaveras. Why not?

EN CASTELLANO POR FAVOR
El parque de los desvelados es un original parque de Navarra, concretamente en Estella. Este peculiar parque está repleto de enormes calaveras y coches destrozados por todos lados. Como lo lees, calaveras gigantes saliendo de debajo de la tierra, calaveras en pedestales o incluso sujetas en muros de piedra. Parece que estuviesen desveladas, a la espera de algo o alguien. El aire fantasmal se respira a cada pasito que das, como si estuvieses en un cementerio algo surrealista. Pero aquí no hay nada enterrado, ¿o sí?

TODOS MORIMOS, PERO NO TODOS VIVIMOS
Esto no es un cementerio. Lo único que hay sepultado son los miedos de su creador, Luis García Vidal.
Como puedes intuir por la cantidad de calaveras, aquí la muerte está presente. Pero es algo tan inherente al ser humano que nos da miedo y por eso fingimos que no existe. Sino, ¿quién cojones haría balconing? ¿O bebería una noche hasta hartarse? Nos recuerda a la expresión latina “memento mori”, que el estoicismo se adueñó para recordarnos que todos vamos a morir tarde o temprano. En fin, que la muerte sigue siendo nuestra asignatura pendiente.

Lo otro que te encuentras son coches reventados. Asociado a las calaveras pues te puedes hacer una idea del otro miedo del artista. Los accidentes de tráfico le causaban un horror atroz. Quizá por causa de la muerte de su hermano en uno de ellos. El mismo Luis dejó de conducir porque era muy despistado y decía que “te montas en un coche y no sabes si vas a llegar vivo.” Cada uno enfrenta sus miedos a su manera. Y este señor decidió desvelar a la muerte y ponerla a la vista de todo el mundo.

¿QUÉ SE LE PASABA POR LA CABEZA?
Luis García Vidal fue un hombre viajado para su época. Nació en los años 20 en Melilla, vivió en París para aprender el arte bohemio y decidió quedarse a vivir en Estella, el pueblo de Navarra donde dedicó años a montar su parque. 30 años tardó en levantar este lugar de entre las entrañas de la naturaleza, donde se invita a reflexionar sobre la vida.

A Luis le encantaba ver que mucha gente se acercaba a visitar su obra, ya que se sentía profundamente halagado. Notó que los que venían o les encantaba o les horrorizaba, pero nadie quedaba indiferente. Al fin y al cabo, el motivo del arte es provocar algo en el que lo observa.
Cuando Luis murió lo enterraron en su amado parque. El problema es que él era el único que lo cuidaba y ahora está algo abandonado, lo que lo convierte el doble de siniestro. Lamentablemente es lo que pasa con muchos lugares poco reconocidos, como La Casa de Dios en Zaragoza. Parece que todo tiene que ser mega popular y políticamente correcto para que pueda ser conservado adecuadamente…

¿QUÉ NECESITO SABER?
- El GPS no indica del todo bien el lugar. Pero si le preguntas a los vecinos te guiarán muy amablemente.
- Esto no lo necesitas saber, pero es curioso. Un programa de el Cuarto Milenio se grabó en este parque de calaveras en Navarra.
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