CATHEDRAL OF JUNK ES LA CATEDRAL MÁS RARA DEL MUNDO. DENTRO TIENE PASADIZOS, HABITACIONES SECRETAS Y HASTA UN SALÓN DEL TRONO.
Esto es el paraíso para los que tienen síndrome de Diógenes o trastorno por acumulación. Y el infierno para aquellos que tienen TOC. Os presentamos la catedral más rara, la de la chatarra. Y en Austin tenía que estar. La capital de Texas es conocida por su peculiar eslogan “Keep Austin Weird”. Como anillo al dedo vaya…

EN CASTELLANO POR FAVOR
Cathedral of Junk es, en su más literal traducción, la catedral de la basura. Que no, no es un simple montón de basura (o más bien cinco montones). Son 60 toneladas de chatarra que forman una espectacular instalación artística hecha de objetos de todo tipo: cabezas de muñecas, retretes, carteles, maniquís, piernas ortopédicas, juguetes, piezas de coches, bolas de discoteca colgando de ruedas de bicis, teles, electrodomésticos, utensilios de cocina… Los relojes se mantienen en “hora” y los carteles de cerveza están iluminados. Hay tantas cosas que no sabes ni para dónde mirar.


Desde fuera parece pequeña, pero al entrar te das cuenta de que no. Y es que en su interior esconde pasadizos, habitaciones secretas, techos abovedados, un salón del trono, escaleras de caracol, altares, una torre… Cada esquina es una sorpresa.
Lo guay de todo esto es que es un edificio vivo, es decir, está en constante cambio. Su creador frecuentemente va añadiendo y quitando elementos, moldeando y transformando la catedral más rara del mundo. Hablando de su creador…


WHO THE FUCK IS THAT GUY?
Vince Hannemann es el Junk King, el creador de esta jodida maravilla de lugar. Cuando se mudó a Austin (Texas) en 1988 empezó a crear esculturas al aire libre con la chatarra que iba a ser tirada a la basura. No estaba planeado, simplemente surgió.
«La gente me pregunta todo el tiempo: ‘¿Qué te hizo querer hacer esto? Como si tuviera algún tipo de significado profundo. Simplemente lo hice porque me gustaba. Y cuando deje de gustarme, la quitaré».
Vince Hannemann

Vince empezó con este curioso proyecto y resulta que se corrió la voz, por lo que de repente los vecinos empezaron a llevarle su propia chatarra. Todo encontraba su sitio en esta extravagante y rara catedral. A día de hoy hay gente que sigue trayendo sus bártulos, con la negativa de Vince por supuesto. Y es que al fin y al cabo esto es su obra personal, no una especie de proyecto comunitario.

PROBLEMAS CON LA JUSTICIA
Resulta que un vecino se quejó a las autoridades de la peligrosidad de la estabilidad de las estructuras de la catedral. Temía que los visitantes quedaran sepultados entre tanta chatarra.
Pero había tanta gente enamorada de la catedral que salieron muchos voluntarios en su ayuda. Tras siete meses modificando y eliminando la mitad de la instalación, consiguieron que la ciudad aprobase el permiso.
«Mucha gente ha salido de la nada para ayudarme. Lo cual es bueno. No puedo mantener Austin raro yo solo.»
Vince Hassemann

¿QUÉ NECESITO SABER?
- Tienes que llamar antes de ir para concertar una cita (512) 299-7413
- La donación sugerida para grupos es de $10.
- Si aún no te haces a la idea de cómo es el lugar (o sí pero tu curiosidad ya ha matado a 15 gatos) mira este vídeo tan guay sobre Cathedral of Junk.
- Si te molan este tipo de cosas, en Alemania tienes un museo súper surrealista bajo el mismo concepto. ¡Flipas!
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