SI LOS MALLOS DE RIGLOS YA SON ESPECTACULARES, NO TE HACES UNA IDEA DE LO QUE ES DORMIR ALLÍ…
¿Alguna vez has sentido la necesidad de mandar todo a tomar por culo e irte lejos, muy lejos? Allí a donde nadie te moleste. Bueno, pues que sepas que tenemos el lugar adecuado para ti. Toma nota porque es para quedarse sin aliento: una noche colgando en el vacío, a unos 100 metros del suelo. Whaaaat? Como lo lees, puedes dormir en un risco. En particular en los Mallos (unas formaciones geológicas de color rojizo) del pueblo de Riglos, en Huesca. La escalada está incluida en el pack.

EN CASTELLANO POR FAVOR
Bueno, pues dentro de la categoría de hoteles inusuales no puede faltar el Rab Riglos Suite. ¿Por qué? Básicamente porque uno no suele dormir en una hamaca colgada de una pared de piedra. ¿O tienes alguna relación de parentesco con Spiderman? Esta es una aventura única con unas vistas de infarto.

La experiencia es apta para todo el mundo, menos para los que sufren de acrofobia (miedo a las alturas) y los sonámbulos. No importa que no hayas tocado un rocódromo en la vida o que seas un experto alpinista. Si te mola puedes ir y flipar en las alturas de los Mallos de Riglos. Ya sea solo, para sorprender a tu pareja o para vivir una aventura con tus colegas.

ADRENALINA A FLOR DE PIEL
La curiosidad humana siempre nos ha llevado a hacer cosas extraordinarias y a descubrir todo aquello que se nos pone por delante, como los riscos. En una de estas, los escaladores se preguntaron cómo dormir en las alturas para poder seguir escalando al día siguiente. Lograron crear unas hamacas que se enganchaban bien a la pared. No eran del todo cómodas pero por lo menos eran seguras. Poco a poco las fueron perfeccionando y ahora ya no es necesario ser un profesional para poder pasar una noche en las nubes.

Rab Riglos tiene tres habitaciones que van montando y desmontando para respetar el entorno y a los demás escaladores. Las habitaciones se van ubicando en cuatro emplazamientos diferentes, dependiendo del nivel de escalada del huésped. Y están a unos 100 metros de altura. Sí, tienes que subir hasta allí sin más ayuda que las herramientas que te proporcionen y los ánimos del guía de turno. Y tras el tremendo chute de dopamina, llegas con la cena y la hamaca listas para disfrutarlas con lo que echan en ese momento en la tele: el atardecer.
Todo es muy seguro, siempre vas acompañado de tu arnés, no vaya a ser que te levantes a hacer pis en medio de la noche y haya alguna desgracia. A todo esto, para hacer tus necesidades no necesitas buscar un escondite, sino que tienes la comodidad de un inodoro químico portátil que suben al mismo tiempo que la hamaca.
En cada habitación hay una terraza natural (de la piedra misma vaya), donde desayunar y seguir enamorándote de las espectaculares vistas. Escalas un rato más hasta la cima del Mallo, sigues flipando con el fondo de pantalla en el que estás inmerso y ya bajas en rapel para terminar de asimilar el subidón de adrenalina que llevas dentro.

MÁNDAME UBICACIÓN
En el prepirineo de Huesca hay unos paisajes impresionantes. Entre ellos están los Mallos de Riglos, que han sido como un imán para los escaladores. Y ya que estás por la zona aprovecha para disfrutar de sus vinos y de su sabrosa comida, como el ternasco, las borrajas o los cardos. Algunos de sus restaurantes tienen varias estrellas Michelin. ¿Solo a nosotras se nos está haciendo la boca agua?

¿QUÉ NECESITO SABER?
- Puedes ir durante todo el año. Pero el invierno en Huesca es bastante fresco, por lo que recomendamos que te lo plantees para el resto de las estaciones.
- Puedes reservar en su web.
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