para aquellos que BUSCAN experiencias inolvidables, ya pueden experimentar REALMENTE LA VIDA DE UN RECLUSO en ESTA ANTIGUA CÁRCEL CONVERTIDA EN HOTEL.
Las cárceles son lugares temidos para aquellos que juegan con los límites de la ley. Para los demás son sencillamente lugares con un aire de misterio brutal. Vemos películas o series de cárceles, y nos imaginamos lo que sienten sus protagonistas esperando no encontrarnos con la Zulema o el Malamadre de turno.
Algunos han tenido la suerte de poder visitar cárceles de verdad, ya estén en funcionamiento o no, con una mezcla entre atracción y canguelo. Es como cuando te gusta el malote del barrio, que sabes que es chungo pero te pone. Debido a ese gran magnetismo que tienen las cárceles, hay algunas que se han transformado en hoteles. Y una de las más increíbles es la prisión de Karosta, en Letonia, considerada por muchos más impresionante que la mismísima Alcatraz.

EN CASTELLANO POR FAVOR
Karostas Prison es una cárcel funcionó durante todo el siglo XX, así que te puedes imaginar todo lo que ha tenido que suceder entre sus paredes. Miles de hombres vivieron, sufrieron y murieron allí debido al régimen soviético, el nazi y el letón. Hasta Hitler envió allí los desertores condenados a muerte durante la II Guerra Mundial.
Ahora la gente ya no va obligada, sino que va a pasar las vacaciones allí. ¿Nos hemos vuelto un poquito locos? Pues eso parece. Hoy Karostas es un hotel donde vivir como si fueras un prisionero, en una experiencia llena de emociones extremas, tanto físicas como psicológicas.

CARIÑO, VOY A PASAR LA NOCHE EN LA CÁRCEL
¿Quieres vivir una sensación única y sorprendente? Pues ve a pasar la noche en la cárcel como si fueras un auténtico prisionero. Y es que ya no hace falta que incumplas la ley para pasar la noche en la cárcel. Nada más llegar toca seguir el protocolo de 1986: privación de tus enseres (menos un cepillo de dientes), arrodillamiento con manos en la cabeza en un oscuro pasillo, examen médico, recepción de insultos y fotografía de reconocimiento.
Entre el resto de comodidades de la vida del recluso puedes disfrutar de comida insípida, agua helada en la ducha, gritos a todas horas, flexiones y caminatas de madrugada. Ah bueno, además de los castigos varios en caso de no seguir las órdenes de los guardias: como flexiones, ejercicios militares, limpieza de baños o encierros de cinco minutos en una celda de total aislamiento. Vamos, pura fantasía…


Tu habitación es un zulillo en el cual con suerte hay una ridícula ventana. Al abrir la gruesa puerta que solo se cierra desde afuera ves el lujo en su esplendor: unos preciosos colchones del grosor de un folio encima de un catre de hierro o encima del frío suelo. Y ya. Ni que decir tiene que la cama te la haces tú. Se apagan las luces y allí te quedas, envuelto en tu mísera manta y un silencio ensordecedor que retumba en tu cabeza junto con todo lo vivido en ese lugar.
¿Aún no hemos comentado que este lugar ha sido considerado como uno de los sitios más infestados de fantasmas del mundo? No lo dice una foto borrosa de un móvil de mala calidad, sino el equipo profesional de “Ghost Hunters International”. Y bueno las bombillas que se desenroscan solas, los pasos sin dueños, las celdas que cerradas que se abren y las apariciones en los pasillos. Si es que no le falta un perejil…

TODO LO QUE PUEDES HACER EN LA CÁRCEL
En su afán de diversificación, en la prisión de Karostas se pueden hacer más cosas además de pasar una noche en condiciones extremas.
Cuentan con excursiones por las entrañas de la prisión donde, por mucho que te cuenten los horrores que sucedían allí, sabes que hay mogollón de oscuros secretos por desvelar. Si le quieres dar un toque más dramático, también puedes recorrer los laberintos subterráneos con antorchas.

Hay un pequeño museo temático donde puedes incluso ponerte una máscara de gas. Además de shows interactivos para conocer la historia del lugar o simulaciones de cómo la gente intentaba cruzar la frontera para escapar, evitando ser descubiertos y capturados. Para echar una buena tarde.

SOMOS UN POQUITO MASOCAS
Con esto nos preguntamos, ¿quién decide elegir pasar unas vacaciones en un lugar tan duro como este? ¿Es por nuestras ganas de vivir cosas diferentes? ¿Queremos ponernos a prueba? ¿Es por el morbo que dan las situaciones peligrosas? ¿Dónde están nuestros límites?

¿QUÉ NECESITO SABER?
- El check-in para entrar en esta cárcel convertida en hotel es a las 9 de la noche.
- Puedes ver un poco cómo es la experiencia en este vídeo.
- Puedes mantenerte al tanto del proyecto en su Instagram.
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